miércoles, 30 de mayo de 2012

Una iglesia gloriosa

Esta bien desarrollar el ministerio que Dios nos ha dado, pero Apocalipsis dice:  "..Haz trabajado pero has dejado de amarme.." y hay muchos hombres y mujeres enamorados de su ministerio, de sus dones y de sus obras, pero ¿Dónde está él?
¿Donde está el que te limpió? ¿Dónde está el que te santificó? ¿El que te hizo sentarse con Príncipes? ¿Que lugar ocupa en nuestros corazones?
En el proyecto de Dios respecto a nosotros, que es eterno mediante Jesucristo, Dios ve una iglesia hermosa, adornada y preparada. Dios ve una obra terminada, como el arquitecto que hace el diseño de un edificio y lo dibuja en un papel, pero en su mente está vislumbrando una obra terminada y perfecta.
El Espíritu Santo está haciendo esa tarea en nosotros. No es la meta de Dios en cuánto al ministerio, sino el alcanzar el propósito por el cual el nos llamó. Así que no es cuestión de hacer cosas y pensar que porque estamos haciendo mucho está todo bien. La santidad y la fe no son posturas intelectuales, sino que siempre se tienen que traducir en hechos reales y concretos. Es decir: En obras.
El marido que ama a su mujer no demostrará ese amor solo con besos y abrazos sino con hechos concretos, y lo que el Señor espera de nosotros es eso: Cómo nosotros respondemos a El.
¿Qué compromiso tenemos que sea mas importante que estar en la Presencia de aquel que nos amó y amará hasta el fin? ¿De que manera hemos de corresponder ese amor? ¿Cómo podemos pagar su amor sino sólo con amor?
Siempre digo que cuando nos enfrentamos a la Cena del Señor nos enfrentamos a un compromiso que tenemos que renovar. El año pasado, nuestros hijos junto con la iglesia nos prepararon una gran fiesta para celebrar nuestros 50 años de matrimonio. Hemos vivido 50 años juntos y gracias a Dios ella no buscó otro hombre ni yo a otra mujer, y eso es lo hermoso del matrimonio.
Hoy nadie quiere compromisos, y lamentablemente esto abre brechas en la sociedad y heridas que son muy difíciles de curar en los hijos y en la familia.
Si nosotros consideramos esto, vemos que dentro de la iglesia hay creyentes sin compromiso con Dios, que están sólo para apagar la voz de su conciencia o para esconder su condición, pero están codiciando otros amores, pero el Señor dice: La iglesia que yo estoy preparando es mía, y ella se está preparando para ese día.
Todos los seres humanos vivimos con esperanzas, pero, ¿Cuál es la esperanza de la iglesia? ¿Que Dios nos bendiga? ¿Que nos prospere? ¿Que Dios nos de muchas cosas? Eso es bueno si lo ponemos en su lugar, Pero ¿Cuál es nuestra esperanza final? ¿Cuál es nuestro futuro? ¿Acaso no está en ese día en que el amado ha de volver a buscar a su amada? ¿Estamos esperando que el venga? ¿Estamos preparándonos para aquel día? ¿Estamos pensando que El viene? ¿O estamos en otros amores?
Ha llegado el momento, y el amado viene, y quiere ver manifestarse a la iglesia, quiere escuchar su voz, porque la ama. ¿Dónde hemos estado escondidos que Dios no ha escuchado nuestra voz y no ha visto nuestro rostro?
El Señor nos está llamando a aparecer y a comprometernos con El. El Señor no tiene la mas mínima intención de echar a nadie al infierno, que existe y es real, pero entonces: ¿Cuál es la causa que muchos se van al infierno? Es que no le hemos respondido a su amor. Por eso, el Señor está esperando que nos manifestemos y que salgamos a encontrarnos con El.
Ya es tiempo de vivir esa comunión preciosa, de compartir ese amor mutuo. Es verdad que el Señor siempre escucha nuestra voz, pero si no es de queja, es para pedirle algo, pero el Señor espera algo más importante que eso.
El Señor nos ama, pero nos quiere para El, y hay cristianos indecisos y claudicantes, y si hoy estás así espero que te arrepientas y desistas de claudicar, y si tienes algún compromiso que no es su amor para con el Señor, ¡Rompe ese compromiso!, y dile: “..Señor, yo necesito tu amor, y enséñame a amarte, Yo me comprometo contigo..” Amén.
Pastor Samuel Laborde



lunes, 28 de mayo de 2012

Al lado de Dios

En Dios no podemos ir nosotros adelante y Dios atrás. No podemos ir nosotros atrás y Dios adelante. Yo tengo que ir al compás de cómo Dios va caminando. Entonces, camino con Dios y escucho lo que El me habla, y el va escuchar lo que yo le digo. ¿Esta claro esto?, Usted quiere hablar con Dios, y Dios ni se entera donde esta usted.
Yo quiero caminar con Dios, y esto no es nada raro, no es orgullo, nada, si la Biblia me esta diciendo: "..caminó Enoc con Dios y no vio muerte porque lo traspuso Dios.."
Se dice que el estaba "mas cerca del cielo que de la tierra" y que por eso el Señor se lo llevó, pero tuvo testimonio de haber agradado al Señor. Así que si usted quiere hablar con Dios y quiere que Dios lo escuche, pues póngase al lado de Dios. ¡Póngase en oración! ¡Busque a Dios en ayuno! Háblele y cuéntele todo a Dios, vio como algunos siempre le trae un hermano nuevo a que hable, esta vida quiere hablar con Dios, y dicen "..Querida, contále todo al Pastor contale todo lo que te pasa.."
Cuando voy a la Presencia de Dios le cuento todo lo que me pasa al Señor, creyendo que Dios me va a decir todo lo que piensa de mi y que es lo que va a hacer y por eso yo no voy a fracasar, ¿Por qué no voy a fracasar? Porque estoy al lado de Dios y porque Dios esta al lado mío, Amen.

Pastor Oscar Castro (Los reedificadores)

domingo, 20 de mayo de 2012

El caminar por fe

Quiero destacar con el mayor énfasis y cristalinidad posible, la esencia misma de este principio fundamental, que como familia espiritual hemos abrazado, y que de alguna forma nos distingue de otras: “La vida de Fe”. Al cual también podríamos llamar: “El caminar por fe” o “La dependencia de Dios”.
Cuando decimos: “La visión de Fe de esta familia”, nos estamos refiriendo a esa actitud desmesurada, propia del hombre o la mujer de Fe, que le lleva a creer que su Dios, ese Dios que le llamó y le guió, le va a sustentar, va a proveer todo lo necesario, va a aparejar todo su camino, y abrir el mar o hacer salir agua de la roca si hiciera falta, pero nunca, nunca, lo va a abandonar.
Ese Dios estará presente como una fuente cercana e inagotable de recursos, para que pueda concretar lo que El, le pidió que haga
Y con esa Fe ese hombre o mujer se mueve. No se queda en la retórica, se pone en marcha, sale a los campos de labor, confía que Dios suplirá todo, toma decisiones arriesgadas: “..Deja a su barca y a su padre Zebedeo..”, deja el “..banco de los tributos públicos..”, deja su empleo, su fábrica, su familia, y se lanza, se pone en las manos de Dios, porque le cree.
El que abrazó este camino, no cree en los límites humanos. Si tiene que ir a otro país, Dios proveerá para los papeles, Dios allanará el camino. Ve como absolutamente superior el dicho del Señor, a todo supuesto obstáculo humano, legal o económico.
Cuan está realizando el trabajo, no decae su fe, sigue creyendo, espera milagros, confía en el Dios de lo imposible. Anima a otros a creer, a consagrarse, a dejar todo. Lo cree para su vida, para su familia, para sus hijos, para sus creyentes y para sus discípulos.
Pastor Roberto Sórensen

viernes, 18 de mayo de 2012

La meta en Cristo

Yo quiero guardarme para él. Y si nos guardamos para él entonces bendición de Dios habrá, y aquella obra que estamos haciendo para Dios permanecerá, resistirá la prueba y también recibirá recompensa.
¿Quiere recibir recompensa?, dijo el apóstol : «..no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado..» 
Queremos alcanzar la meta en Cristo. Que Dios nos de la gracia de poder acercarnos a él, que nos alcance con su gracia. Somos tan imperfectos, tenemos tantos defectos y errores, pero clamemos al Señor para que nos ayude.
Consagremos todo a El, sobreedifiquemos con el mejor material, de tal manera que el edificio que estamos levantando honre el nombre del Señor, y esta palabra no es solamente para los Pastores y obreros sino para todos los hermanos. Para que allí en tu barrio, donde tu vives, donde trabajas, puedas edificar de tal manera que tu vida y tus obras honren a Dios, y al ver tu conducta la gente también honre al Señor.
Y a nosotros los siervos de Dios, ¿Que nos mueve a hacer su obra? ¿Cuales son nuestras motivaciones?
 Oremos a El para que podamos honrar en verdad su nombre, para que edifiquemos con lo mejor, para que seamos aprobados como obreros que no tienen de que avergonzarse, que no tienen de que ser acusados. Que no andan exhibiéndose diciendo: "..mírenme a mí.." ¡No!.
Que no andan buscando fama y comodidades, sino con humildad, con un corazón quebrantado en la Presencia del Señor, y con una genuina pasión por las almas, para que nuestra obra delante de Dios resista la prueba en aquel día y permanezca para siempre.
Pastor Samuel Laborde (Edificar con lo mejor)

jueves, 3 de mayo de 2012

Se fiel y mantiene la palabra

El diablo quiere contaminar la mente de los siervos de Dios, para que no prediquen con confianza delante de la iglesia, y él utiliza cualquier cosa para condenar a uno, para que cuando predique no pueda decir ¡AMEN! delante de Dios. Pero cuando uno predica en plena confianza, no importa lo que el diablo dice, uno puede resistir y decir ¡NO! Estoy parado en la plena unción del Espíritu Santo.
¡No estamos jugando un juego! ¡Esta es la iglesia del Señor! ¡La novia de Cristo!, y el quiere presentarnos delante del Padre un día, como una iglesia sin mancha y sin arruga. No se de ustedes, pero yo no soy digno de la posición que tengo, es un honor que Dios me ha dado, y Dios solamente me dijo: SE FIEL Y MANTIENE LA PALABRA QUE CONOCES.
En la iglesia de hoy, es una lástima ver como los sacerdotes de Jehová FALLAN y siguen fallando, fallando y fallando. Entonces, el mundo tiene una idea de nosotros que no debe tener. 
Una vez yo estaba en la casa de un amigo, y vino un policía estatal que no era cristiano, y mi amigo dijo “..Fulano, este es David Barlok, él es Pastor, pues cuídate de cómo tu hablas..” pero él, en vez de darme la mano de saludo, sacó su billetera de su pantalón y me dió su billetera y me dijo “..¡Hola!..”, porque esa era la idea que tenía, que nosotros somos un montón de ladrones. En vez de darme la mano me dio su billetera.
¿Quién tiene la culpa? Nosotros mismos, porque hemos aprovechado la bondad de Jehová, hemos aprovechado la bendición de Dios, y hemos hecho un gran negocio de las cosas del Señor, y créeme que un día el fiscal “arriba” va a pedir cuentas.
Pastor David Barlock (Una iglesia ungida) Hebrón 2009