jueves, 28 de julio de 2011

Evangelizar, establecer iglesias, hacer discípulos, formar obreros y abrir obras

Ya lo hemos creído, practicado y enseñado en cuánto lugar y a cuántos el Señor nos permitió compartirles: La visión del M. C y M tiene los componentes para cumplir con el último mandato de nuestro Señor Jesucristo: “..Id, y haced discípulos a todas las naciones..” (Mateo 28:19 Hace falta que nos ocupemos de lleno y con intensidad a cumplir con esta tarea, utilizando todos los medios disponibles de la tecnología moderna. ¡Volvamos a las sendas antiguas de la familia! Evangelizar, establecer iglesias, hacer discípulos, formar obreros y abrir obras.
Cada congregación debe ser una iglesia apostólica, implementando detalladamente la visión de la multiplicación de obreros. Somos un Movimiento eminentemente misionero. “..Así dijo Jehová: paraos en los caminos, y mirad. Preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma..” (Jeremías 6:16).
Un obrero del Movimiento, no es alguien que está tocando botones para ver cuál es el que funciona en la obra. Es alguien que tiene la visión clara, que hace la obra conforme al modelo que aprendió del discipulado y que marca el rumbo en el lugar donde Dios lo pone. El libro de Proverbios dice: “..Sin profecía el pueblo se desenfrena; más el que guarda la ley es bienaventurado..” (Proverbios 29:18).
Cuando no hay profecía, o sea, revelación, que es lo mismo que decir visión, el pueblo corre para cualquier parte. Esta familia nació por medio del mover del Espíritu Santo, quién derramó y manifestó el ministerio profético de la nada, y las palabras del Señor se cumplieron, y este Movimiento se ha multiplicado en todo el mundo de una manera que no podemos imaginar, y lo que está por delante, hasta que Cristo venga, nos tiene en una expectativa de cosas mayores. Porque: “..cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido a corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman, pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios..” (1º Corintios 2: 9 y 10).
En el Movimiento seguimos dependiendo y experimentando uno de nuestros principios fundamentales: La guía del Espíritu Santo. Dependemos del obrar sobrenatural del poder de Dios, quién nos renueva y capacita poniéndonos a la altura de la demanda que nos hace el mundo de hoy que espera la manifestación gloriosa de los hijos de Dios. “..Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios..” (Romanos 8:19).
El Movimiento siempre fue y estará abierto a recibir el soplo fresco de la unción. Vivamos buscando en oración y lectura de la Biblia, para mantenernos renovados y nutridos por el Espíritu, que le da vida a la visión y nos mantiene como “..ministros llamas de fuego..” (Hebreos 1:7). Creemos que en la sencillez de personas comunes, llenas y capacitadas por la unción del Espíritu Santo, pueblos, ciudades y el mundo, serán sacudidas por medio de los hijos de esta visión misionera.
Pastor Carlos Cabrera (Continuidad de la visión)

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