miércoles, 2 de febrero de 2011

Volverse a Dios y escuchar su voz

Hemos dicho a los pecadores: Dios oye el susurro más leve de un pecador.
Nunca puedo olvidarme de una abuelita que conduje al Señor con una sola palabra: Jesús. Era suficiente, porque el Padre eterno, solamente al oír la invocación del Nombre precioso sobre todos los nombres, borra las rebeliones y da su bienvenida en los cielos.
Si él hace esto con un pecador, ¡Cómo no lo hará con nosotros que somos creyentes, hijos del Señor, parte de su familia! En cuanto nos damos vuelta, en cuanto nos ponemos a tiro de Dios, El nos hablará al corazón.
Si aún Dios no habló a su corazón en estos días, es porque usted no se ha vuelto a Dios todavía. Continuamente debemos volvernos a Dios.
Suena un poco raro lo que estoy diciendo, pero es la verdad. ¿Puede ser posible que un hombre se vuelva a Dios? ¿Sabe lo que quiere decir "Volverse a Dios"? Volverse a Dios significa: Dejar atrás lo que está atrás, para mirar adelante. Rechazo, dejo esto aquí, para mirar adelante. Lo pongo a un lado, para empezar una nueva senda. Eso es volver a Dios. Y tan cierto como un hombre o una mujer se vuleve a Dios, tengo la certeza en mi alma: El le hablará a ese hombre, a esa mujer: Dios le dirá su Palabra.
¿Que pasó aquí con Moisés? Moisés se volvió, Dios le habló en medio de la zarza. Enseguida que él sintió la palabra "Moisés" respondió: Heme aquí. Y Dios otra vez le habla: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.
¿Cómo habrá caminado Moisés sobre aquella tierra santa? ¿La habrá pisoteado irrespetuosamente, o habrá caminado suavemente?
Me veo forzado a pensar que caminó con diligencia, con suavidad, con temor, con temblor. Preste atención, si usted ha visto una zarza ardiendo, quizá ya haya escuchado a Dios llamándole por su nombre. Tal vez también haya respondido: Heme aquí Señor, sí Señor, estoy dispuesto. Pero déjeme decirle: Desde que lo llamó, el lugar que usted camina, es tierra santa. Repito: Es tierra santa. No profane la tierra santa donde camina. Hágalo en el temor de Dios, marche en el temblor del Poderoso.
Pastor Samuel Sórensen (Tomado del libro "El triunfo del sistema de la Fe")