jueves, 16 de septiembre de 2010

Dios ensaya a nuestra fe

“..Ensayo es practicar, es entrenarse en algo con un propósito. Es una prueba de lo que se quiere hacer, para luego llevar a cabo con claridad lo que será efectivo. Lo firme, lo bueno, lo real.
Generalmente, todas las cosas pasan por un ensayo previo. Sería muy difícil sacar algo auténticamente perfecto, sin haber ensayado.
Cuánto mas perfección se le adjudica a una obra, tanto más habrá sido el tiempo de ensayo. Dios, siendo el creador absoluto de todas las cosas, nos deja ejemplos de ensayos en algunas de sus obras.
Cuando creó al hombre, lo hizo a su imagen y semejanza, deseando tener una descendencia santa para él en ese hombre. El hombre hablaba con Dios, dialogaba con su Hacedor, andaba el hombre en una santidad perfecta delante de Dios. Y si no hubiera venido el pecado, Dios hubiera tenido una descendencia totalmente inmaculada.
Pero el primer Adán falló. Dios preparó para sí un hombre que no fallaría jamás. Se llama Jesús.
Sí. Hay mucho que ver en cuánto a los ensayos de Dios en sus propias obras. Y si Dios es Dios de ensayos. ¿No lo seremos nosotros que somos sus criaturas? La palabra “prueba”, significa “ensayo”. Dios ensaya nuestra fe, para llevarnos a cosas mejores..”
Pastor Manuel Romero (El músico santo)

domingo, 12 de septiembre de 2010

La iglesia, una fábrica de obreros

"..El calendario de Dios indica a nuestro tiempo como el "..día de salvación.." y en este DIA DE TRABAJO actual la iglesia local por grande que sea, no puede atender ella sola la urgente necesidad de este mundo. Por eso, en cada iglesia debe practicarse la multiplicación de obreros y obras. ¡No tenemos que quedarnos con una congregación solamente! ¡Tenemos que formar a través del discipulado nuevas congregaciones!, como ésta y mas grandes que ésta, porque eso es lo que Dios quiere hacer en este "..día de salvación.." Jesús nos enseñó eso, él fué el primero que llamó y preparó a sus discípulos a los cuáles también llamó apóstoles. La iglesia debe ser como una fábrica que produce obreros para abrir obras nuevas en otros lugares.."
Pastor Carlos Cabrera (Día de trabajo)

sábado, 11 de septiembre de 2010

Los procesos que Dios permite

"..Tener la guía del Espíritu Santo no significa que no vamos a tener que enfrentar circunstancias desfavorables. Sólo Dios sabe cuántos siervos y siervas del Señor, cuántos predicadores, cuántos discípulos están desalentados, porque pensaron que el llamamiento era solo "contar glorias".
Hoy en día, hay muchos predicadores que sólo "cuentan glorias" pero no hablan de los grandes enfrentamientos que tendremos contra las tinieblas. De esos procesos que Dios permite y que sin dudas van a dejar marcas en nuestro carácter, (Como los azotes que dejaron marcas en las espaldas de Pablo y Silas), que van a templarnos, que van a modelarnos, que nos van a llevar a la madurez, que nos van a llevar a nuevas y mejores etapas en Dios. ¡Señor ayúdanos!
No te sientas mal si otros vienen contando grandes victorias, porque si eres fiel también las vas a contar, pero cuando vengan las grandes batallas a tu vida no te olvides que el mismo Jesús (Nuestro perfecto modelo) fué guiado por el Espíritu en el camino de la humillación y el quebrantamiento, que la guía del Espíritu lo condujo al desierto, que la guía del Espíritu lo condujo al camino de la cruz, pero él no se desalentó ni retrocedió un sólo centímetro, sino que fue a la cruz, y aún descendió hasta el mismo infierno para quitarle las llaves al que tenía el imperio de la muerte. ¡Valió la pena el precio pagado por Jesús!
Pastor Orlando García (La guía del Espíritu II)

viernes, 10 de septiembre de 2010

Hombres de destino

Es propio de hombres de destino, fundirse de tal forma con la visión que ha cautivado sus almas, y a la cual se han entregado, que sus propias vidas se pierden, desaparece la humana mezquindad que mide cada paso y esfuerzo, y el ser se arroja a las llamas del altar como holocausto, como ofrenda grata. Ya no importa el yo, el yo no existe, se ha desvanecido, se ha fusionado con la obra encomendada, para ser solo el reflejo de esta.
Pablo lo vivió en carne propia, y lo manifiesta cuando dice: "..Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí.."
Ya no importaban las cárceles, los azotes, los peligros. Ya no importaban los trabajos, las fatigas, los desvelos. Su dolor era por sus hijos: "..Por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto.." Todo su ser estaba comprometido con la tarea, hasta llegó a decir: "..Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, mo gozo y regocijo con todos vosotros.."
Ya no era que no podía detenerse, sino que no quería detenerse.
Como aquella buena madre que entrega su vida por dar a luz a su hijo. Aunque sepa que quizá corra serio riesgo de morir en el parto, pero en ese momento su vida ya no vale, sólo quiere ver nacer a ese fruto de sus entrañas. Quiere que él viva, aunque le cueste la vida.
Ese vino derramado sobre el altar, tenía valor. No era vino ordinario ni agrio, era el mejor vino, por eso servía. Era una ofrenda grata. pero era tal el desprendimiento de sí mismo, que ni siquiera mantenía su identidad como ofrenda, sino que se derramaba, perdiéndose en la identidad de lo ofrendado.
Esto es propio de verdaderos siervos, no destacarse a sí mismos, sino desaparecer en Jesús y su obra. Juan el Bautista lo dijo: "A El le conviene crecer, a mí menguar". Y Pablo manifiesta: "..Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.."
Es el yo egoísta y mezquino que impide que me derrame sobre el altar, pero cuando ese yo muere, y a veces es un proceso duro y difícil, se produce esa identificación maravillosa. Podemos entrar en la categoría de los que pierden su vida y no entre aquellos que la guardan de manera mezquina.

Pastor Roberto Sórensen (Tomado de libro "El triunfo del sistema de la fe")

sábado, 4 de septiembre de 2010

Una iglesia con dirección clara

Recientemente, hablé con tres pastores distintos. Uno estaba completamente enfocado y entusiasmado acerca de su llamado y la obra que tenía que hacer. Me contó sus planes y la estrategia para establecer su iglesia. El segundo no estaba seguro de lo que quería en la vida. De hecho, estaba tan "echado hacia atrás" que sentí como si no le interesara la vida. El tercero era un joven que había sufrido una desilusión en una relación que estaba tratando de comenzar con una joven (él es joven y quiere casarse). Cuando ella le informó que no estaba interesada en él, él pidió ser relevado de sus responsabilidades por un tiempo (Finalmente aceptó la desilusión y se quedó en la iglesia).
¡No hay dudas respecto a cuál de ellos prosperará en su llamado! Es el que tiene su rostro "como un pedernal", que está enfocado y determinado a tener éxito: "..Porque Jehová el Señor me ayudará, por tanto no me avergonzé; por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado.." Isaías 50:7
Jesús dijo que el hombre que pone sus manos en el arado y mira hacia atrás no es apto para el reino de Dios (Lucas 9:62). Tenemos que ser invariables en nuestro propósito. Si nuestra costumbre es desanimarnos y mirar hacia atrás, el diablo nunca cesará de plagarnos con circunstancias desmoralizantes.
David Barlok (Tomado del Libro "Meditaciones para el Camino")

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Un mensaje con sonido claro

"..Dios desea de nosotros, los que predicamos la Palabra, tengamos un alto nivel espiritual, a través de la oración, el ayuno y la búsqueda de Dios, pero, ¿Queremos oir realmente la Palabra que sale de la boca del Señor?.
Tenemos que avanzar día a día y emitir un sonido claro en esta hora de confusión. Tiempo en donde muchos predicadores hablan más de prosperidad que de arrepentimiento.
Ezequiel tenía prohibido mezclar el mensaje: "..Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás, y tú no lo amonestares de mi parte...el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano.."
Un día tendremos que dar cuenta. No pretendamos ser "mas buenos que Dios". Solamente él es bueno, y nos ha dado una trompeta, para que emitamos un sonido claro, terminante y profundo.
No queremos ser censuradores ni legalistas, o estar solamente con el látigo en la mano. Ni ser tan conservadores que sólo transitaremos una vereda. Debemos hablar de la misercordia, el amor y aún de la prosperidad, pero también del juicio, la condenación, el infierno y la ira de Dios.."
Pastor Orlando García (Las trompetas de Dios)