lunes, 26 de abril de 2010

El trato de Dios

Yo lo llamaría: EL TRATO DE DIOS. Querido, ni aún Cristo se escapó, el fue tratado por Dios, y se sometió humildemente al trato de Dios. Por eso dice el libro de Hebreos: «..Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fu oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió obediencia; y habiendo sido perfeccionado..» (por el trato de Dios en su vida), «..vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen..»
Cristo fue humano, sintió las necesidades que sentimos nosotros, corrió los peligros que podemos correr nosotros, pero vino para hacer la voluntad de Dios, y guardó su vida en oración cerca de Dios, clamando a Dios. Su corazón fue quebrantado día por día en la presencia del Padre. Por eso el profeta Isaías dice de él: «..experimentado en quebranto..» Dios lo preparó para una obra grande, lo preparó, lo trató, lo molió. Lo preparó de tal manera que ante la cruz pudo decir: «.. no se haga mi voluntad, sino la tuya..»
Me parece escucharlo decir: “..estoy rendido, estoy sometido, estoy quebrantado, no reclamo nada, y aunque soy el Hijo y estuve en la gloria, y ahora estoy pisando las polvorientas calles malditas de esta tierra, me rindo, hágase tu voluntad..” Hermanos, no hay otro ejemplo. Con razón el podía decir «..Yo soy el Buen Pastor..»
Cuando el apóstol Pablo quiso poner un ejemplo de un hombre quebrantado y humillado, tomó la vida de Jesús diciendo: «..Haya, pues, en vosotros este mismo sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a si mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre..»
Hoy podemos decir a los demonios “..EN EL NOMBRE DE JESUS..” ¿Porqué? Porque él primero fue para abajo, abajo, abajo, y más abajo ya no pudo ir. Por eso Dios lo llevó arriba, arriba, arriba, y hoy está sentado a la diestra del Padre. Salúdelo, mírelo por la fe, traspase los cielos. Mírelo intercediendo por nosotros, por cada vida, por cada obra. ¿Porque se sentó allá arriba? Porque primero estuvo bien abajo. Hermanos, por amor a aquel que nos llamó, digamos una y otra vez: “..Señor yo quiero que tu termines de quebrantarme..” Amén.

Pastor Oscar Daruich.

No hay comentarios:

Publicar un comentario